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lunes, 11 de mayo de 2009

Uniforme ¡SÍ!

El viernes me llegó la circular sobre el uniforme del colegio. Y ya hay tema de debate entre padres.

Mi hijo llegó canturreando el emblema de la pequeña “manifestación” celebrada en el patio del colegio a la hora del recreo: “¡Uniforme NO!”

Ja, con su madre ha topado.

La idea del uniforme me parece genial, mal que le pese a algunos, incluido mi hijo. Y tiene suerte, porque si algún día se decide usar uniforme, tendrá dos posibles opciones: el uniforme del cole o el uniforme de Adán en el Paraíso, a su gusto y libre elección, para que luego digan…

Y por favor, que no digan que el uniforme es una vuelta al pasado, que limita la libertad de expresión, personalidad y diversidad. Yo nunca tuve uniforme pero si lo tuviera no creo que me condicionase la vida, aunque sin lugar a dudas, facilitaría la de mi madre.

Y por favor, que no digan que ya tenemos uniforme: el chándal. Me horroriza la idea. El chándal es para lo que es y punto. Lo que sí habría que intentar es adaptar el uniforme al siglo XXI. Podría poner un ejemplo muy básico: pantalón tipo chino (de algodón, con bolsillo laterales y traseros. Más formales que unos vaqueros, pero más sport que unos de pinzas) y polo blanco. Aunque el color del polo podría variar por curso.

Y sí, el uniforme es cómodo y práctico. Y ahora que no me hagan sentir una mala madre que sólo pienso en mi comodidad. El uniforme no forma parte de la educación de mis hijos, pero sí otras cosas.

Qué son ellos los que tienen que decidir, ¿desde cuándo? ¿Desde cuándo un niño de siete años decide lo que ha de ponerse? Esto es absurdo.

El uniforme va unido a disciplina, ¿y? ¿Qué problema hay en abastecerse de algo que escasea?

Evidentemente esta es mi opinión que no tiene que ser la vuestra, y además, estamos hablando de un colegio público, donde “imponer” el uniforme es imposible. Aunque siempre se puede llegar a una solución aceptable por ambas partes.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bien. Totalmente de acuerdo.
VEo que el minidebate de ayer valió para algo..
aunq daría algo por ver llegar a Adri a lo Adan al cole...;-) jejejej

PMM dijo...

Pues yo estoy encantada con el uniforma y mi hija también. Ella nunca lo usó en sus 11 años de escolarización en Madrid y al llegar aquí, se lo encontró así de repente, y créeme que no se siente privada de libertad, sino totalemente libre cada mañana cuando medio dormida no tiene que decidir qué ponerse delante del armario. ¡UNIFORME, SÍ, SÍ, SÍ!

Titajú dijo...

El uniforme es una de las razones por las que mis hijas están en el colegio en el que están.
Cuando estaba en la guardería, la mayor me amargaba la existencia día sí día también por el vestuario.
Ahora no hay tu tía. Y si se pone borde, el finde le plantifico la falda de cuadros, y santo remedio.
Soy una bruja, pero soy su madre y ha jorobarse tocan.

Matapollos dijo...

Al uniforme de los colegios le veo todas las ventajas y casi ningún inconveniente, por no decir ninguno.
Cuando era cría lo odiaba, pero ahora me toca estar del otro lado.

A mis niños les da lo mismo, su única preocupación es que la ropa qe llevan sea cómoda (ah! y que no sea "de niña").