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miércoles, 28 de octubre de 2009

Haciendo amigos


Hay una niña en el parque, dos años mayor que Laura, que juega mucho con ella. Se llama Alba. Y Laura, a veces, cuando no le van bien las cosas con ella suele sacar su instinto animal y suele hincarle el diente. Cosa que ya estamos tratando de corregir porque, si algo detesto, es que los niños se muerdan. Aún recuerdo aquel día en el que Adrián, con 4 “capas textiles”, traía por toda su tierna espalda las huellas dentales de su amigo de juegos.

Y parece ser, que ayer Laura y su abuela fueron al parque y se encontraron con Alba. Y ésta, queriendo poner al día a la abuela, rápidamente le soltó toda la retahíla de mordiscos que había recibido a lo largo de estos meses. La abuela pacientemente escuchó a Alba, mientras Laura escuchaba de reojo y con cara de pocos amigos. Cuando Alba acabó y la abuela dijo aquello de “es que Laura es un poco mala, habrá que castigarla”, Laura respondió con un:


¡UN-DÍ-A-ME-CO-MO-A-U-NA-NI-ÑA!


Y tal como si Laura fuera el lobo feroz, la niña huyó despavorida, no fuera ser cierta la amenaza de Laura.

Pues eso, haciendo amigos…



lunes, 26 de octubre de 2009

Una pupa: ¡ay! ¡ay! ¡ayyyy!


Pues eso. Que me he quemado. Las dos manos. Y duele... ¡cómo duele!

Me he quemado con una pistola térmica de pegamento. Y la culpa de todo la tiene la gatita esa, la "Kitty". Ya mi abuelo decía que de los gatos no hay que fiarse y fíjate.

Laura tenía que llevar una carpeta para guardar las fichas de la guardería y claro a la niña se le antojó una de "Hello Kitty". Pero la carpetita en cuestión costaba 5,90 euritos de nada. Y una normal, de toda la vida, 50 cts.

Y yo que soy así, dije: me compro la de 50 cts y la "tuneo".

Así que llegué con mi carpeta de 50 cts, y saqué las telas, lentejuelas y mi pistola térmica. Y justo cuando iba a pegar todo en la carpeta, a mitad del pegado, se me acaba la barrita, enchufo otra con tal rapidez que ¡ayyyyyy! salió la cola hirviendo por el otro lado, sobre mi mano, claro.
¿Reacción? Quitarme la cola con la otra mano. Total: las dos manos quemadas. En una las yemas de los dedos y en la otra la parte de los nudillos.

Luzco unas lindas y dolorosas ampollas pero la carpeta me ha quedado chuli chuli (según Laura).


viernes, 23 de octubre de 2009

Orden de prioridades


Hoy, de camino al trabajo en el bus de empresa, venían dos compañeros hablando sobre las “prioridades en la vida”. Aunque aún venía media dormida me paré a pensar (pensar a primera hora de la mañana se lleva fatal).

Y llegué a la conclusión que en mi escalera de prioridades hay dos escalones, el primero para la familia y los amigos, y todo lo demás en el segundo.

Luego me acordé de un correo que me enviaron hace tiempo, sobre un test que servía para saber cuáles eran las prioridades de cada uno en esta vida. He buceado en mis “carpetas personales” y ¡lo he encontrado! Ahora, a compartirlo.

A continuación, lo transcribo:

Estando sentado tranquilamente en su casa, de repente suceden cinco cosas simultáneamente y cada una requiere su atención y solución inmediata.

1. El teléfono está sonando
2. El bebé está llorando
3. Alguien está llamando insistentemente al timbre de la puerta
4. Tienes ropa tendida fuera y empieza a llover
5. Te has dejado un grifo abierto y la casa se está inundando


Y ahora dime (sin buscar la solución) en qué orden atenderías cada una de ellas. Y ya os daré yo la solución para que sepáis cuál es vuestro orden de prioridades en esta vida. :-D

Feliz fin de semana.



lunes, 19 de octubre de 2009

¿Peleas de niños?


El viernes fue un día muy desagradable, y me quedo corta.

Desagradable porque alguien llamó “mamarracho de mierda” a mi hijo, y más cosas…

Desagradable porque alguien quiso pegarle a mi hijo. Estoy segura de que lo hubiera hecho.

Desagradable porque alguien amenazó a mi hijo con tirarlo de cabeza a la fuente.

Desagradable porque los amigos de mi hijo vieron la cara de ese monstruo y algunos se pusieron a llorar. Miedo.

Desagradable porque mi hijo le costó quedarse dormido esa noche.

Desagradable porque alguien que presume de dar la mejor educación a sus hijos carece de ella.

Desagradable porque alguien vió la paja en el ojo ajeno y no en el propio.

Desagradable porque alguien no supo quedarse en su lugar, el de padre.

Desagradable porque ese alguien, era un padre y una madre de 40 años y mi hijo 8 años recién cumplidos.

Desagradable porque después de que sus dos hijos estuvieran provocando al mío toda la tarde a base de insultos, escupiéndole, dándole patadas a su bicicleta…. no se movieron de su sitio.

Desagradable porque al final de la tarde Adri reaccionó de la forma más comprensible, tengo que decirlo, en forma de cachetazo.

Desagradable porque no pude guardar las formas. Retirarme hubiera sido lo mejor. Ya se sabe el dicho “a palabras necias oídos sordos”.

Pero es que el instinto “maternal” me pudo y la verdad, no puedo permitir que unos mamarrachos (sí, porque esos padres para mí han bajado de categoría por debajo del cero) se tomen la justicia por su mano y se crean con la libertad de propinarle a mi hijo una paliza, pues NO.

Por cierto, cuando esta gente insultó a mi hijo (y a mi indirectamente), no les dije lo que era su hijo. Su hijo es como el mío, UN NIÑO. El mío no es un ángel, el suyo tampoco.

Hoy necesitaba descargar tensión, lo siento…

viernes, 9 de octubre de 2009

Ser mujer y mear como un hombre


Siempre he admirado la forma que tienen los hombres de hacer sus necesidades menores. Sobre todo cuando sales de copas y tienes que hacerlo en uno de esos baños públicos.


Algo que nunca debe faltar en el bolso es el paquete de kleenex porque de todos es sabido que nunca hay papel, no sé para que se molestan en poner el portarrollos si luego el papel brilla por su ausencia.


Normalmente, tengo bastante aguante pero después de haberme bebido un par (o algo más) de copas, mi vejiga dice: “Hasta aquí, nena” y claro, te armas de valor para entrar en aquel sitio reducido y lleno de mujeres como tú, haciendo cola (a veces hay más gente allí que en una juguetería en Navidad). Y con aquella luz tan poco favorecedora esperas tu turno y al mismo tiempo le vas sacando los defectos a la de delante mientras la de atrás te los saca a ti.


Cuando estás a punto de entrar porque la que iba delante se encuentra ya en el interior, intentas mantener una conversación con tu vejiga:”aguanta, aguanta, ya falta poco…”. Pero el poco se convierte en mucho y piensas que la que está dentro quizás la haya tragado el wc. Pero no, de repente sale toda erguida y mirándote con aire de superioridad: “aquí estoy yo y mi vejiga recuperada”.


Y ahora llega el momento peor, entrar. Posiblemente ya lo hagas marcha atrás, porque el sitio es tan reducido que ni podrás darte la vuelta una vez dentro. Lo primero en que te fijas es que el cerrojo está estropeado, así que cuelgas el bolso en el portarrollos (alguna utilidad tendría que tener), y te bajas pantalones y lo que haga falta bajarse con una sola mano, mientras con la otra aguantas la puerta, abres bien las piernas para no mancharte los pantalones con todo lo que hay en el suelo (¿líquido?, papel, colillas, etc), te acuclillas sin sentarte (en un baño público jamás de los jamases debes sentarte), apoyas la otra mano que te queda en la pared para no perder el equilibrio y por fin, meas. Cuando has acabado te das cuenta de que te has olvidado el pañuelo de papel dentro del bolso, así que en esa posición de contorsionista intentas buscar en el bolso con la mano que tenías apoyada en la pared el pañuelo, que siempre estará en los pliegues más ocultos. Una vez encontrado, te limpias, te arreglas y sales divina de la muerte. Y te encuentras de nuevo con la cola de mujeres, cada vez hay más, y esta vez son ellas las que te miran con cara de pocos amigos por haber tardado tanto.


Pero queridas amigas esto se acabó porque tengo la solución perfecta a todos estos problemas. Buscando en el super-bazar de Google he encontrado este sorprendente “aparato”: Whiz Freedom.


Según explican: “es un embudo pequeño (15cm), flexible, que puede enrollarse para meterlo en un bolsillo. Antibacteriano, hidrófobo. Permite orinar de modo sencillo, privado e higiénico de pie o sentadas y sin tener que quitarse ropa.Cuando se coloca correctamente en la entrepierna se puede dirigir el chorro de orina hacia dónde se quiera. Por ejemplo, un inodoro, un recipiente o contra un árbol”


Voy a encargar el mío y ya os contaré.

domingo, 4 de octubre de 2009

El canario de Adri

Esta semana ha sido especialmente estresante, sobre todo en el trabajo.

Después de dos fines de semana seguidos de fiesta, el cuerpo las paga. Así que estas últimas noches, después de acostar a los niños, recoger todo, dejar la ropa preparada para mañana, la comida hecha..., lo único que me apetecía hacer era planchar sofá. Y yo que soy muy mandadita y siempre hago lo que mi cuerpo me pide, así lo hice.

Para Adri esta semana también ha sido dura. Por dos razones.

Nos han robado las bicicletas del garaje, la suya y la de su padre. La suya se la habíamos comprado por su cumple, es decir, hace un mes. Y la de su padre que tenía más valor sentimental que valor monetario, pues era la bicicleta de su hermano y que guardaba como un gran recuerdo. Hemos puesto denuncia pero con pocas esperanzas de que aparezca ninguna de las dos.

Y la otra razón: se le han muerto 4 pájaros a Adri y eso sí que ha sido un trauma. Un fallo en el dispensador de agua los dejó sin agua durante la semana y esa pudo ser la razón. Los diamantes aguantan situaciones difíciles y de los ocho que había, se ha muerto uno. Pero de los cuatro pájaros, el que más le dolió fue la canaria. Y ayer lloraba desconsoladamente, lágrimas y más lágrimas. Y me decía: “mami, mami, ¿¿¿tú sabes lo que le va pasar ahora al canario??? Yo ya lo sé....”

¿Qué le va pasar Adri?- le dije yo – ahora ya tienen agua y le dejamos los depósitos individuales por si acaso...y además, aún quedan muchos pájaros en la jaula.

“Mami, tú no entiendes nada, ahora va a estar llamando todo el día y toda la noche (pipipí - pipipí) a SU canaria y ella no vendrá, porque ya no nunca más estará...”

Uyyyy, me había olvidado de que sus pajaritos también tenían sentimientos....¡gran fallo!

Menos mal que entre su padre y yo lo fuimos calmando y aunque juré que nunca más compraría más bichos, hemos decidido que esta semana le tendremos que buscar nueva pareja a su canario.