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domingo, 28 de junio de 2009

¿Chocolate con churros?

Hoy tengo el día tonto. De esos días en que no te apetece hacer nada. De esos días de lágrima fácil. Son pocos, eh! (Nosospreocupéis)

Y he pensado que es el día perfecto para quitarle el “óxido” a la antigua churrera de mi madre, rescatada hace poco de su basura. Ella me augura un Diógenes para cuando tenga la frente arrugada. Yo digo que hay cosas que forman parte de la historia de uno, y que no pueden tener el triste fin de terminar en el contenedor de basura.


Por la estación en que estamos, ¿verano?, apetecería más una tarrina de helado (de turrón por ejemplo), pero lo cierto es que hoy me voy a dar un pequeño homenaje-banquete, a base de un humeante y espeso chocolate deliciosamente acompañado por unos churros “made at home”.


De vicio. Lo triste del chocolate con churros es tener que comértelos sola. Porque hoy estoy yo sola. Adrián está en la Primera Comunión de un amigo y David se quedó con la niña en la aldea.


Si es que no hay quien me entienda, lo sé. Estaba deseando tener un ratito de soledad para dedicarme a mis hobbies: leer ese libro que tengo lleno de polvo sobre la mesilla, acabar esa muñequita para Laura, escuchar la música que a mi me dé la gana, ver una buena película enterita de principio a fin, limpiar la cocina a fondo... (Bueno, esto último no entra dentro de mis hobbies pero es una necesidad casi vital) y resulta que estoy “chof”, sin ganas de nada.


Mis niños se han ido a pasar las vacaciones de verano con sus abuelos y aunque sé que estarán cerca, pues no va ser lo mismo. Vamos, que los echo de menos. Ahora entiendo a mi madre cuando me dejó a los 9 meses con mis abuelos. Fueron 6 años en los que sólo pude verme en cuatro ocasiones. Lo recuerda como uno de los momentos más difíciles de su vida, y ahora, lo entiendo.


Bueno, os tengo a vosotros y 15 días de vacaciones a la vuelta de la esquina. ¡Menos mal!

martes, 23 de junio de 2009

Entrada número 100: Carta de Diego a su mamá


Y llegamos a la entrada número 100. Me ha llevado un poco más de tiempo de lo esperado pero hemos llegado. Ya sabéis que nos leeremos durante las próximas mil y las que vengan.

Quiero hacer de esta entrada un pequeño homenaje a Vanessa, mamá de Diego. Humildemente y con mucho cariño, espero que te guste.

“Mamita:

Te escribo para decirte que estoy bien, pleno, me saqué el disfraz de persona, ahora soy Luz, como un pequeño solecito. No necesito cuerpo para sentirte, veo desde mi corazón; ya no me hacen falta las palabras, ahora veo el inmenso amor que hay en ti y en todos los seres. Estoy fuera del tiempo, no mido si mi tiempo contigo fue corto o largo, para mí fue precioso, mi paso por la vida fue tal como debió ser, vine a aprender y a hacer aprender a los demás. Y tú Mamá ¿qué has aprendido después de todo esto? Cuando me fui todo te pareció oscuro, pero yo me encargué que mi amor fuera la Luz que iluminara tu corazón para siempre. Ahora vas a comenzar a ver que eres muy fuerte, pues tienes mucho que aportar allá en tu vida; hay almas que te aman y te necesitan, tú estás llena de amor para dar. El mejor regalo para mí es que no te escondas y “desperdicies” tu vida, llorando, lamentándote porque yo no estoy. Yo no quiero volver, estoy lleno de paz. Yo no necesito que te vistas de oscuro, ni que andes triste. Y si lo estás, es que sólo piensas en “tu pena” o “en tu dolor”, pues aquí donde estoy solo existe alegría y amor. Cada mañana piensa: “El mundo me necesita, voy a dar testimonio HOY del amor que siento por mi hijo, seré valiente y trataré de seguir adelante dando toda la Luz que pueda”.

Tu vida tiene un sentido, tu dolor enorme sé que se va a transformar lentamente en un verdadero milagro. La oruga no nació para ser oruga y quedarse llorando el dolor escondido en un capullo, la oruga se entrega al amor de cuerpo y alma. Sé que no existirá un día en que yo no te haga falta, que me recordarás a cada rato, que las fechas te van a costar. Pero yo te quiero VIVA ¡Respira, siente, conversa, entrega amor, ríete, vuelve a ser niña! Que mi partida no te llene la vida y te transformes en una sombra de lo que fuiste cuando estábamos juntos. Tú estás en el Mundo, tienes una misión que cumplir y nunca lo olvides eres única e irrepetible.

Si tienes pena siéntela, pero cuando se te acaben las lágrimas y estés más tranquila escribe los pasos que te trazarás para salir adelante, así yo me quedo más tranquilo. Cerca de ti pondré personas que te puedan ayudar, pero manifiesta la intención “YO QUIERO RECUPERARME” y da pequeños pasitos siempre avanzando. Yo no quiero un círculo de muerte – pena – culpa – rabia, para ti, eso sería como vivir un infierno y yo TE QUIERO y mi amor significa que quiero que vuelvas a encontrar sentido, belleza, e incluso alegría en tu vida. Yo estuve en tu vientre, conozco todas tus intenciones, sentimientos, veo las emociones que expresas, las que guardas, todo lo veo y te veo a ti tan plena, como cuando estábamos juntos. Yo sigo junto a ti, soy energía pura, amor, estoy en una dimensión diferente, morí a un cuerpo pero existo, sé que me sientes aunque no me puedas ver. Ese lazo es eterno, estaré ahí cada vez que me recuerdes, siempre seré tu hijito.

Mamá: Prométeme que por el inmenso amor que tú sientes serás buena contigo y te darás una oportunidad. Yo necesito que saques lo positivo de todo esto, que le encuentres un sentido, que te permitas volver a ponerte en movimiento, hay mucha gente que te necesita, la VIDA te necesita.

No busques más respuestas, no le des más vueltas, descansa un poquito. ¿Por qué no hablar de mi vida en vez de mi muerte? ¿Por qué no entregarte y volver a confiar en el amor en vez de seguirte resistiendo a creer? Mira a mi hermano, él también se merece una oportunidad para amar, para vivir. A ti te duele esto, a él también y a millones de seres humanos les duele el alma, porque el dolor es la mejor escuela, la que cala más hondo y TRANSFORMA. De ti depende estar cada día más luminosa o querer simplemente “sobrevivir”.

No evadas este mensaje; todos los días, meses, años, avanza; no hagas que me sienta culpable por mi partida, yo no la busqué, era mi minuto, piensa en mí, estoy pleno, en la Tierra jamás podría haber experimentado algo semejante; piensa en ti y en todo ese amor gigantesco que diriges hacia mí. ¿Qué pasaría si cambias el foco y comienzas a compartir ese amor? Ilumina a los demás, llénalos de amor, abraza, besa, comparte y ríe tal como lo harías conmigo; sólo viviendo me traerás a tu vida como el ser pleno, alegre, radiante y lleno de paz que ahora soy.

Te mando todo mi amor para siempre.

Tu hijo, Diego”.

lunes, 15 de junio de 2009

El huerto de Adri

¿Están o no están para comérselas? Una de esas lechugas acompañada con unos tomatitos cherry, apio, zanahoria rallada, setas salteadas al ajillo, taquitos de jamón y un buen chorro de aceite de oliva, sal y vinagre de módena, para que más? A Adri le encantan las ensaladas, todas las noches para cenar, una. Como dice él: "mami que lleve de todo un poquito".

Y esa acelga, ¿qué me dicen de esa acelga? ¿Habéis probado el caldo gallego con acelga en vez de berza? ¡exquisito! Aunque para gustos se pintan colores, también está la berza. Porque en este huerto hay de todo, poco pero de todo. Habas las que más, aunque las legumbres no sean el plato fuerte de Adri, se ve que son agradecidas a sus cuidados.

Pero sin duda han sido los girasoles los que se han llevado todos sus mimos. Y que a pesar de la falta de sol han brotado rápidamente y están creciendo a un ritmo que a Adri lo traen pasmado. A ver luego como tostamos esas pipas, supongo que en el horno de la abuela, en el mismo que hace ese pan tan rico.

Después de todo esto, sólo me queda decir, a los que tanto temen la crisis, que aquí en el campo, cada día más abandonado, todavía se vive bien y se disfruta de las pequeñas cosas. Y encima no se pasa hambre, Adri lo tiene claro.

miércoles, 10 de junio de 2009

Sol ardiente de Junio

Me gustaría convertirme en osa. Sí, en osa, para hibernar y no despertar hasta que salga el sol.

Pero estoy casi segura que en el caso de convertirme en algún animal me convertiría en rana. Aunque el que comparte mi cama dice que sería una víbora casi perfecta, porque estoy todo el día hincándole el diente.

Pero no, yo sería rana, y sería feliz de vivir en esta Galicia que llueve un día sí y otro también.

Pero no, no soy rana (de momento) y este tiempo está acabando con mi paciencia y con mi ánimo, por qué no decirlo. A parte de esta migraña heredada, que esta semana va pegada a mí, como una lapa. Ayssss.

Las conversaciones con los vecinos en el ascensor se vuelven odiosas: “parece que llueve”, “este año no apeamos el paraguas”, “está cayendo una”…. Una ya prefiere centrarse en el techo del mismo en vez de prestar atención a tanta conversación repetida. Odio las nubes, esas nubes negras, grises o blancas como algodón. Las odio.

Y yo con mis fieras, en casa. Horrible. Todo el día a la gresca. Y ayer decidí salir con ellos, de compras, y me olvidé, entre muchas cosas, de dos pequeños detalles: bozal y correa. Tuve la ¿brillante? idea de llevarlos a un centro comercial. A puntito estuve de hacerme el anaquiri.

Y ya para rematar la tarde los llevé a ver materiales de baño. Entre que el albañil no puede venir hasta septiembre y otra (la menda) que se aburre, a pesar ya de tener todo decidido, pues decidí visitar (juro que será el último) uno de esos almacenes repletos de azulejos, pavimentos, sanitarios, grifos, etc.

Y pasó lo que tenía que pasar: Laurita puso en práctica todo lo aprendido la semana anterior en su operación-pañal. Que para eso me pasé toda la semanita diciéndole aquello de “¿Dónde se hace pis-caca?” y ella respondía con su vocecita de “en el vate”. Y aquel almacén, repletito de “vates”… Ocurrió demasiado rápido, sólo tuve que ver la cara horrorizada de la dependienta cuando me di cuenta de que estaba pasando algo ¿raro? Mi otro yo me decía “no mires, no!!” pero lo hice y allí estaba Laura, sentadita en uno de ellos y haciendo lo más natural del mundo. Sentí el sol abrasador en mi cara, el verano concentrado en mis mejillas. ¡Trágame tierra!

¡¡Por Dios!! ¡¡Por Dios!! Que quiero ser como ella, como la del cuadro. Y dormir, dormir, dormir hasta que salga el sol en junio, septiembre, o diciembre. Y que mis hijos tengan 18 o más años para echarlos de casa sin cargos de conciencia.

Por cierto, ¿no os parece precioso este cuadro?, “Flaming June”, del británico Frederic Leighton, ¿os fijasteis en la tremenda puesta de sol que hay por detrás de la dama durmiente? ¡Impresionante! ¡Qué envidia!

martes, 2 de junio de 2009

Operación PAÑAL

Hace tiempo que me ronda la cabeza la idea de quitarle el pañal a la peque…la excusa siempre era la misma, había que esperar a la llegada del buen tiempo.

Y el buen tiempo ya llegó, no sé si para quedarse o para irse, pero lo cierto es que como excusa ya no me vale.

Así que me armé de paciencia y voilá! Laurita sin pañales. Me refiero a los de día, los de la noche va ser otro cantar. Y si es como su hermano, podemos hablar de años, muchos años.

Y mira tú por dónde que hasta me ha dado un poquito de pena porque me he dado cuenta de que Laura está dejando de ser un bebé, y como dice ella, ya está hecha toda una chica. Y lo que mola tener un bebé en casa, para achucharlo y comértelo a besos…

La cosa ha sido de lo más fácil. Fue quitarle el pañal y ponerle ropa interior cómoda y fresquita y me ha dicho que los pañales “tururú”. Al contrario que Adri, no hay que recordarle cada dos por tres lo de “¿quieres hacer pis?”. Si está en la calle ella sola baja y sube y “ya tá”. En casa, tiene su orinal y cada vez que le apetece ya la ves haciendo el caminito.

Todavía quedan muchas cosas que aprender, sobre todo en la calle. Lo de buscar un sitio adecuado todavía no lo tiene muy dominado. Si le apetece en medio de la plaza, pues ya está, allí mismo. Si le apetece detrás de un banco, pues detrás de un banco.

Algún problema tendremos porque ella es muy independiente y muy suya. No quiere que yo le ayude en nada, pronto sale por su boquita lo de “no, no, ayuya no. Yo, yo”. Esto me hace gracia porque Adri cuando quería referirse a él mismo, siempre decía “el nene quiere”, “Adri quiere” ó “mi quiere”. Esta me ha salido más egocéntrica y el “yo” se lo tiene requeté aprendido.

En fines pikolines….qué solo me queda el chupete. ¡Ahí es nada!