Feeds RSS
Feeds RSS

miércoles, 24 de febrero de 2010

La misteriosa desaparición de "mis" cucharas



Tenía yo doce hermosas cucharas con su mango rojo, a juego con otros tantos tenedores, cuchillos y cucharillas. Y digo tenía, porque ayer noche, cuando nos disponíamos a cenar una rica y caliente sopa, me topé con sólo tres cucharas en el cajón.


Y ya se sabe, me he pasado el resto de la noche buscando culpables y buscando las cucharas, que no han aparecido.


El primer interrogatorio lo pasó Laura, que es muy dada a guardarlo todo en su caja de secretos. Pero en dicha caja me he encontrado el peine que llevaba un mes desaparecido, unos cromos de Adri y unas llaves que no sé de dónde han salido. Ni rastro de las cucharas.


El siguiente en ser interrogado ha sido mi compañero de almohada. Que como siempre, se ha puesto a la defensiva y me ha dicho que no tiene ni idea de dónde pueden estar metidas “mis” cucharas. Ahora son “mis” y no “nuestras” cucharas. Ya verás, ya, te veo sorbiendo la sopa directamente del plato el resto de nuestra convivencia, majete.


A Adri ya no le he preguntado, porque las cucharas en principio no son lo suficientemente pequeñas como para haberlas confundido con un juego de la Nintendo… Si hubiera tenido dieciséis años hubiera sido el primero en ser interrogado pero a día de hoy, se salvó.


Lo siguiente es buscar en mi bolso, por ahí puedes encontrarte de todo…pero nada, ni rastro de cucharas, pero han aparecido miles de cosas que daba por perdidas.


Al final el misterio de las cucharas ha quedado sin resolver, la sopa fría y tomada a turnos…Me sigo preguntando a dónde habrán ido a parar todas las cucharas. Si se os ocurre algo, ya sabéis…Y si encontráis por ahí alguna cuchara perdida, indicarle el camino de vuelta a casa.

miércoles, 10 de febrero de 2010

A mi niño Diego


Se queres que brile a lúa
Pecha os ollos meu amor
Que mentres os tes abertos

A lúa pensa que hai sol.

Nin pola prata da lúa
Nin polo ouro do sol

Non te deixo meu meniño

Non te deixo meu amor.


Eu tamén choro,
eu tamén choro,
cando non me alumean,
meu ben
eses teus ollos.



Mami te llama peque. Un peque tierno y dulce. Pero ¿sabes Diego? Tú de peque no tienes nada. Tú eres grande, muy grande.

Grande como el aire y grande como esa suave brisa que susurra al oído y acaricia el corazón.
Grande como el océano que nos guía al fin del mundo.
Grande como los rayos de sol que se cuelan timídamente por mi ventana.
Grande como la luna llena y como un cielo estrellado.
Grande como el Everest. Inmenso como el baobab...

Porque tú, Diego, eres la estrella más grande del universo. La que más brilla del firmamento. Imposible perderte, imposible olvidarte.

Un día, hace hoy cinco años, quisiste bajar del cielo y les regalaste, a los que han tenido la suerte de conocerte, cuatro años de risas, cuatro años de ilusiones, cuatro años de alegrías, cuatro años de juegos, cuatro años de palabras, cuatro años de emociones, cuatro años de sueños, cuatro años de dulzura infinita, cuatro años de caricias, cuatro años de besos, cuatro años de abrazos, cuatro años de "tequieros"....

Lo que daría yo por un segundo de esos cuatro años, uno sólo para mi. Una sóla mirada, una sóla sonrisa, un sólo beso... uno sólo. No ha podido ser. A cambio te he conocido de esta forma tan especial, te he aprendido a querer, y he aprendido a echarte de menos también. Y sé, que estás siempre: al amanecer, al anochecer, en mis sueños y en mi vida. Te llevo en el corazón, mi niño. Por siempre, para siempre.

Feliz cumpleaños allí donde estés.

martes, 2 de febrero de 2010

afad adfa tqr"%$&//"""!!t rywy mncv trt1!!!!!&&"·$


Sapos y culebras por la boca me salen hoy.

Si alguien encuentra un pitufo gruñón debajo de un puente, no se preocupen, es mi querido y adorado hijo. Hoy me ha dicho que no me soportaba más y que se iba a fugar de casa. Abriéndole la puerta de la calle sólo le he facilitado la tarea y a mi, ahorrarme un disgusto. Me ha dicho que no le daba la gana de esforzarse más en sus estudios, que no le daba la gana de cambiar y que yo era peor que él, que me paso todo el día echada en el sofá, que soy una holgazana, etc, etc.. Hoy se ha ganado a pulso el bofetón y ahora que vengan a buscarme y que me metan en la cárcel. Casi será un alivio.

Por cierto, ¿os acordáis de mis preciosos baños recién reformados? Pues Laura ha decidido redecorarlos, ¿cómo? Con endurecedor de uñas. Ha llegado con el frasco recién comprado, vacío completamente y me ha dicho: ¿mami, me pintas? Pues sí, la he pintado, el culo de morado. Y también, que vengan a buscarme, que ya son dos causas.

Mi querido esposo me ha subido los cuatro kilos de patatas y me las ha plantificado en el medio y medio de la cocina. No sé si espera que le salgan las raicillas esas y ellas solas se metan en el cesto de las patatas o que el cesto venga y se las lleve o que ellas sólas se pelen, se frían o se cuezan y la bolsa se encaje en el cubo de la basura... Luego ha querido rematarla preparando macedonia de fruta, utilizando un cuchillo para pelar la manzana, otro para la pera, otro para el plátano y otro para las naranjas, y de las tablas y cuencos ni te cuento... Aquello parecía el día de la matanza, sólo faltaba el cerdo muerto, candidatos no me faltan. Ya van tres causas.

En mi trabajo se han vuelto locos. Otra explicación no puede tener, que de golpe y porrazo te quiten y eliminen de un plumazo el trabajo realizado durante los últimos trece años y te digan: “haga usted lo mismo con esta herramienta, con este otro sistema operativo y con este otro lenguaje de programación. Tiene usted un mes para hacerlo. Búsquese la vida”. Con lo de “búsquese la vida”, supongo que se referirá a ponerse en una esquina, con minifalda, escote “tieneustedpelosenelpecho?” y aire de bolso, bolso va, bolso viene. Ya me entienden, no? Que estoy jodida, porque al gerundio va ser que ni tiempo tengo....

Pues nada, que no sé si traspasar, vender o alquilar éste, mi hogar virtual, o cerrar puertas y ventanas y esperar que pase la tormenta. Como el sector inmobiliario, sea real o virtual no está muy allá, me da a mi que voy a quedarme con la última opción, aunque de vez en cuando asome la cabeza. ¿O no?