
Dos piojitos se balanceaban sobre el pelo de Laura
Fueron a llamar a otro piojito
Tres piojitos se balanceaban sobre el pelo de Laura
Como veían que peligro no había
Fueron a llamar a otro piojito
La madre del piojo se balanceaba sobre el pelo de Laura
Asquerosamente se reproducía
…
Pero ¿qué pasó?, Virtu llegó
Y los fumigó…
¡Qué asco! Laura se ha traído unos horrendos “amiguitos” chupasangres de la guardería para casa. Y estamos como en la canción “¡Cómo me pica la nariz!, ¡ya no lo puedo resistir!…” y en vez de nariz, a mí ya me pica todo.
Derechita a la farmacia me fui y le pedí el ZZ PAZ piojil, tamaño familiar, para cargar mi pistola fumigadora. Primero los niños, luego la menda y por último el padre, que vino tarde de trabajar y ya lo esperé en la puerta y ¡hala! ¡chorro al canto!
¡Qué asco! ¡Y qué picor! Ya os estáis rascando, ¿no? Si es que estas nuevas generaciones de piojos son capaces de atravesar hasta la red de redes…¡Es la guerra!