¿¿¿Dormir???
Esto es más duro de lo que parece. Llevo dos pinzas en cada ojo aguantando de mis párpados. Las horas sin dormir de los últimos días, pesan como enormes losas de hormigón.
Mis neuronas piden a gritos una buena sesión de sueño. Las voy engañando a base de cafeína, mucha cafeína. Y cuando ya no pueden más, con una buena dosis de arginato.
Laura lleva una semana durmiendo en su cama. Y lo de dormir es un decir, porque hace de todo menos eso. Pensé que iba ser más fácil porque siempre ha dormido de un tirón. Ilusa de mí.
Desde que empezó a tirarse desde lo alto de su cuna, cual Tarzán pero sin liana, me alarmé pensando que, quizás, el número de puntos necesarios tras su caída “en picado” sería directamente proporcional a la altura de su cuna. Así que pensé que era un buen momento para estrenar la cama, más a ras del suelo.
Y desde entonces, las noches han dejado de ser silenciosas y tranquilas. Ahora tienen un matiz “aventurero” y como toda aventura, agota. En su primera noche, Laura descubrió que hay mundo debajo de su cama y noche tras noche, se baja, se cuela hasta el fondo y entonces llama por mamá (por las noches, todas las madres tenemos la habilidad de convertirnos en “madres solteras”, ¿por qué los niños no llaman a papá?, me pregunto). Mamá acude y ni rastro de niña, hasta que la encuentra. Le “explico” que allí no se duerme y que salga inmediatamente. Ella responde: “no guta”. Ahora me toca a mí, colarme y sacarla. Son las 3 de la mañana.
Ayer le tocó a su padre estar de guardia. A las 2 de la mañana, puntual como siempre, la “llamada de la selva”. Su padre, raudo y veloz, acude. Estaba dándose cabezazos con el pie de la cama, no calculó bien la distancia porque según ella “lus no tá”, es decir, estaba a oscuras, no había luz. Luego se pasó hora y media : “tú No, ma-má”. Así que mamá, que lleva dos horas sin pegar ojo, escuchando desde el otro lado del pasillo los gritos de su cachorrillo, acude rápida como un rayo. ¿Eso es instinto o es tontería?
Tres horitas al día son mis horas de sueño. Y ya no soy persona, que queréis que os diga. Espero que esta etapa pase “iito-iito” (rapidito), como dice ella.
Y pensar que me esperan muchos kilómetros que recorrer este fin de semana…