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jueves, 28 de julio de 2011

Blue, blue, blue....

Y por fin pudimos ver el cielo azul sobre Coruña. Parece que nos han levantado el castigo y aún no sé el mal que hemos cometido para merecer este verano.

Necesitaba este cielo como agua de mayo. ¿Agua? ¿He dicho agua? Olvidar el palabrejo, la demencia senil me traiciona. Y pensar que en este blog dije alguna vez que me encantaba la lluvia… ¿en qué narices estaría pensando?

Tengo que confesaros que a pesar de esta lluvia traicionera, que te cala de abajo arriba, a pesar de esta nieblina envolvente, ¡no me he sacado las sandalias!. Como de si un ritual “llama-sol” se tratase, y como mujer del norte que soy, he tenido el coraje de llevarlas puestas lloviese o calentase el sol (lástima que esto último sólo haya sido en sueños).

La pena es que este sol vaya acompañado de ese viento tan desagradable y fresco…. Ayer fuimos a la playa y por arte del viento, las toallas empezaron a parecerse a la alfombra mágica de Aladino… ¡qué desastre!

Y es que la edad le hace a una más exigente…quiero comerme el caramelo entero, no saborearlo sólo un poquito…Quiero que, aparte de ver brillar el sol, el día esté apacible.

De todas formas, ya es una alegría poder decir lo de “buenos” días, “buenas” tardes, “buenas” noches… sin tener que fruncir el ceño.

¡Qué tengáis un buen y hermoso día!

domingo, 17 de julio de 2011

Comida campestre

Ayer me pasé media tarde jurando en arameo, maldiciendo al hombre del tiempo  una y otra vez, y amenazando con emigrar a otro país o a otra comunidad en la que el tiempo sea más generoso.

Y a parte de jurar y perjurar, me pasé la otra mitad de la tarde cocinando, que si empanadas, que si tartas, que si un lacón asado, que si pelando patatas para una tortillita que hice esta mañana...En fin, tarde casera, como una tarde de invierno cualquiera, sólo que estamos en pleno verano.

Hoy, como todos los años, fuimos a buscar a Adri al campamento scout, donde estuvo una semanita en plan "Supervivientes". Cambiamos isla del Caribe por pueblecito de la Galicia "profunda" y listo. Y allí estaba mi lobato, picoteado por la mosquita madre y toda su prole, tres garrapatas y un sinfin de arañazos, con un apetito voraz y un sueño atrasado de unos cuantos días. Aunque lo peor, peor, ha sido su parte trasera.....hace tiempo que no hacíamos uso del Eryplast pero ¡¡madredelamorhermoso!! ¡me escuece de sólo pensarlo!


Y la ropa......la ropa no es que parezca que venga de pasar una semana acampado, parece que viene de la peor de las guerras. Hay una mezcla de barro, hojas secas, pasta de dientes, champú, restos de comida, que no sabría acertar cual era su color y textura original si no llegase a ser yo misma, quien le ayudó a preparar la mochila.... Alguna ha ido directamente al cubo de la basura y la otra está en un proceso de restauración en el tambor de la lavadora...o se restaura o se desintegra, y a mi, casi que me da igual.

Adri, a tales horas, duerme saboreando el olor a limpio de sus sábanas y la amplitud de su cama de 1,05. Atrás quedan esas noches de metro y medio compartido con 5 más y olor a calcetines usados. Pero hoy su cama se le ha hecho como más pequeña, porque en esta semanita ha crecido una cuarta, la cuarta de haber conseguido el "rastro de Baloo". Eres grande, chico.


Y ¿¿qué deciros del tiempo?? Pues que se ha portado. Ni una gota a pesar de las nubes grises que amenazaron todo el día el cielo sobre nuestras cabezas, y de la comida...mejor no hablamos. ¿Alguien se apunta a comer conmigo alguno de estos días?





Por  favorrrrrrr, decid que sí!

lunes, 11 de julio de 2011

De boda

Y nos fuimos de boda. De boda torera, banderillera, rociera...

Mi prima, la peluquera, se casó con un torero. Y lo hizo a lo grande, en la Plaza de Toros del pueblo, a la una de la tarde. 

Y toda mi familia, incluyéndome a mi, gallegos de pura cepa, osea del norte más norte, casi nos da el jamacuco padre. Porque aquella plaza se nos antojó como una gran olla y todos aquellos muchachos tipo Marismeños, cantando el "Salve Rociera", unos caníbales dispuestos a devorarnos....y yo dándole al abanico, no fuera yo la primera en asarme y acabar entre sus dientes.

La novia, como todas las novias, llegó del brazo de su padre, montados en una calesa. Medio pueblo y la otra mitad se reunió delante de la casa de sus padres para verla salir hacia la plaza. En la calesa también fue Laurita, como una reina ella, saludando con su manita a todos los que se cruzaron en el camino.

La ceremonia la ofició el alcalde y entre palabra y palabra de la autoridad presente, pergamino va, pergamino viene.....yo pensé que estábamos en la entrega de los premios "Príncipe de Asturias". Alguno hizo llorar a la  novia, mucha emoción contenida...

Pero si alguien tiene mucho mérito, ese es Capote, el perro del torero. Allí estuvo, aguantando el tipo con su traje tipo chaqué, blanco satén... Miraba a su dueño con cara de corderillo, cómo diciendo, que me quiten ya este peso de encima, que bastante tengo ya con mi pelaje....pobrecito, animalito...

Los que sobrevivimos a la ceremonia, que fuimos casi todos, pasamos a disfrutar de un refrigerio a la sombra (cómo me gusta la sombra!!) de los castaños, a pie de Plaza. 

Más tarde, le dimos al comercio y al bebercio en un sitio de lujo: Hotel Hospedería Valle del Ambroz. Allí hicimos buena cuenta de todo lo que nos pusieron: desde un gazpacho de cerezas a un cochinillo a la brasa que estaban de vicio. Los marismeños (no eran, pero a mi me lo recuerdan) también nos acompañaron con sus cantes "jondos" durante toda la comida. El hermano del novio también nos mostró sus dotes con la guitarra y unas sobrinas hicieron lo propio con el baile. Hubo muchas sorpresas, que si regalitos para la novia, que si para el novio, que si para el hermano, que si para la madre....yo hasta pensé que de un momento a otro tendríamos allí a Isabel Gemio con su "Sorpresa, sorpresa". Al novio le cortaron los calzones y la corbata con la espada de torero y a la novia sus amigas le hicieron picadillo la liga. Y luego a pasar el bote... Para el novio hubo un bonito regalo: un capote con el nombre de sus dos hijos: Triana (nacida de otra relación) y Alejandro (que nacerá en unos tres meses), y un minicapote para el futuro hijo. A la novia, un ramo de rosas rojas. Porque ese fue su primer regalo al comenzar la relación.

Y después de toda la comida y bebida, tocó otra vez ir a la Plaza, a torear unas vaquillas y mover un poco el esqueleto. Y allá que nos fuimos, no sin antes pasar por casa y ponerse unos vaquerillos, y unos zapatos cómodos. 

Las vaquillas no eran tales, eran becerrillas...pobrecitas mías, tienen bien ganado el puñado de alfalfa que les darían al final (o eso espero). Una hasta se coló por el burladero y volvió a salir sin tropiezo alguno. Como decía mi madre, para saltar a la plaza y llevarse una bajo el brazo. Hubo quien toreó descalzo y otro que toreó con muleta y la pata chunga...y hubo incluso quién se comió la arena pero, sin lugar a dudas, creo que era más peligroso el alcohol que en la plaza corrió que las pobrecitas ternerillas.

Después de "torear" las vaquillas y bailar un buen rato, tocó otra vez darle al diente. Embutidos extremeños acompañados de unas buenas empanadas gallegas, combinación perfecta. Y otra vez a la plaza. Laurita cayó rendida debajo de un capote y horas más tarde fuimos para casa, aunque la gran mayoría allí quedaba.

Al día siguiente la "tornaboda". Comida  y bebida única y exclusivamente para la familia y algún amigo importante. Nos sentamos al lado de un torero, amigo del novio, y su mujer. Estuvimos hablando de frutas y hortalizas. Quién me diría a mi que acabaría hablando con un torero de los espárragos que se dan a la orilla del Guadiana, aunque al final nos enseñó sus heridas de "guerra", una cornada que le perforó el hígado, pulmón y no sé que más....¡¡qué dolor!!

Y ya después de darnos un chapuzón en la piscina de mis tíos, cogimos el coche huevo y al Norte que nos vinimos. En vez de mirar el cuentakilómetros para saber lo que nos quedaba de camino, nos fijamos en el termómetro.....33, 32, 29, 27....12, por fin en casa. Dormimos como reyes, pero nos supo a poco y mañana.....otra vez a currar, agggggggg.

(por cierto, Jezulín no pudo ir, tuvo que consolar a su Campa)

lunes, 4 de julio de 2011

Náyade...o casi mejor rana

Este fin de semana volvimos de camping. Se ve que mis hijos y yo le cogimos gustillo y cada vez que tenemos oportunidad pues allá que nos vamos. Este año ya vamos por la tercera incursión, mientras tanto el “tumbing-ronquing” sigue practicando su deporte favorito en el sofá de casa. Creo incluso que ya forma parte del mobiliario de la casa…lo malo, y no voy a ser yo la que se lo diga, es que, a veces, los muebles se cambian por otros que o bien sean más bonitos o que presten más servicio, o ambas cosas a la vez. ¡Quéyaestábien!

Esta vez me traje de recuerdo dos picotazos: la de una avispa en el codo y la del médico al inyectarme el Urbason. A día de hoy sigo con el brazo dolorido, rojo e hinchado y acordándome de la avispa y de toda su familia, de la pasada, de la presente y de la venidera.

Peeeeeero si me tengo que quedar con algo de este camping (que hay muchas cosas y muy buenas), me quedo sin duda, con el hecho de que Laura ha hecho sus primeros pinitos en la piscina sin manguitos, ni flotadores, ni churros….y a veces hasta sin bañador. ¡Qué ya sabe nadar mi niña! (aunque todavía le falta rodaje, por supuesto) No ha sido sin esfuerzo porque se ha pasado todas las horas habidas y por haber en el agua. De hecho creo que a punto está de producirse la transformación de renacuaja a rana. Un par de fines de semana más y lista. Quizás para el año y con un poco más de práctica pueda ir a visitar a su amigo, el que vive en una piña debajo del mar…y no digo más.

Hay fotos pero yo no llevé cámara….así que en cuanto Sonia tenga a bien pasarme alguna, aquí la pondré…os lo prometo.

Y como lo prometido es deuda, diez horas más tarde, aquí están las fotos:

Nadando hacia la orilla
Boca y ojos cerrados...buena sincronización
Chapuzón va, chapuzón viene...