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martes, 27 de mayo de 2008

Carta a un maltratador

Hoy he recibido por email una carta que he decido colgarla en el blog. Normalmente no me suelo parar mucho con este tipo de correos que se envían masivamente, pero este me ha puesto los pelos de punta y me ha encogido el corazón. Es impresionante como un chico de Segundo de Bachillerato es capaz de narrar tan expresivamente lo que implica la violencia de género. Gracias a Dios, al igual que el autor de esta carta, nunca he vivido de cerca el maltrato pero me gustaría decir que el primer paso para luchar contra la violencia de género es el rechazo social hacia esos actos, hacia los maltratadores. Es muy importante mantener los ojos abiertos y no taparse los oídos ante este problema, es importante la complicidad social, por así decirlo.
El texto de la carta es el que sigue:

Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado… porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras… Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu ‘método de disciplina’ intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?

Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría.

Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender.

Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.
Me puse contento antes de tiempo.

Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez…

Y sucedió.

Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre.

Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.

Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.

Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.

"STUPID SORT"

Para quien últimamente nota mi ausencia, decir que me encuentro atrapada, por así decirlo, en un "Stupid Sort". Por el nombre bien podría ser un agujero negro pero no, realmente es una definición de mi estado anímico, laboralmente hablando. El "Stupid Sort" es un algoritmo de ordenación que consiste en ir ordenando elementos de una lista, de tal manera que cuando encuentra dos elementos desordenados, los ordena y empieza a ordenar otra vez, desde el principio de la lista...Es sencillo, a la vez que poco eficiente. Eso sí, cuando la lista está ordenada nunca falla.
Es una definición muy abstracta de lo que estoy haciendo durante horas y más horas en mi puesto de trabajo. ¿Por qué? Porque a alguien se le ocurrió la brillante idea de pasar un software de la versión 3 a la 11 (sí, 7 versiones intermedias) y lo que es peor, sin ningún tipo de manual. Así que no nos queda otra opción que la de ir obteniendo conocimientos a base de muchas pruebas y errores y vuelta a empezar. Informáticamente hablando es lo peor que te puede pasar, que no haya un triste manual, aunque sea en japonés, en el que puedas consultar tus dudas. Eso sí, en 7 versiones les ha dado tiempo a replantear todos los conceptos, configuraciones, etc... Por lo tanto, tenemos todas las piezas de un puzzle que debemos ordenar en el mínimo tiempo posible, alguien se atrevió a decir que deberíamos tenerlo listo hace una semana pero lo cierto es que nos quedan aún, por lo menos, dos semanas de dedicación casi exclusiva. Me consuela saber que lo importante no es el tiempo, si no que todas las piezas encajen perfectamente en su sitio y así lo espero.

viernes, 2 de mayo de 2008

¡Feliz cumpleaños mamá!

Hoy es el cumpleaños de la persona que hace más tiempo que conozco. A ella le debo todo, incluida mi vida. ¡¡Feliz 62 cumpleaños mamá y que cumplas otros 62 por lo menos!!
Madre no hay más que una y a mi me ha tocado la mejor, ¿estaréis de acuerdo, no?
Adrián y Laura te dedican esta canción:
Cumpleaaañños feliiizz...
te deseamos a tiiii...
cumpleaaaaññoooos, ccummmmpleaañññños...
cumpleeeañosss feliizz!!!
que los cumplasss felliiiz...
que los cumplasss felliiizz...
que los siiigas cumplieeenndo...
hasssta el aññño 3000!!!!