Estoy un poco preocupada con esto de la gripe porcina. Sobre todo porque desde hace unos días, la peque de la casa, Laurita, mantiene una extraña relación con tres cerditos.
Todo empezó el sábado, en la fiesta de su cumpleaños. Entre los múltiples paquetes de regalos había uno que le llamó mucho su atención. En él venían tres preciosos cerditos (veáse imagen).
El caso es que desde ese día, decidió que tales cerditos pasarían a ser compañeros de almohada. Y ahí están, todos apretujados, durmiendo en su recién estrenada cama de 1,05. Los tres cerditos, las dos muñecas, el conejito, el osito de peluche y por supuesto, Laura. Hay que ver lo que puede dar de sí una cama tan pequeña. Si me llegan a decir que iban a coger ocho en ella no me lo creo, pero así son las cosas.
Y ahora, en todas las portadas de los periódicos y en la tele nos alertan/acojonan con eso de la gripe porcina, incluso en Egipto han decidido sacrificar todos los cerdos (entiéndase cerdos de cuatro patas) para no correr el riesgo. Estamos ante una pandemia que, de momento, ha generado ríos y ríos de tinta y pánico entre la gente.
Y yo que soy muy precavida, el lunes le compré a Laura su pack: mascarilla y guantes. Y ya le he explicado que si quiere acostarse con esos tres, ha de hacerlo de forma segura, no vaya a ser, nunca se sabe…..
Decir que, a esos tres ya los tengo yo en cuarentena. Como les vea salir algún colorete en sus rosadas caras o algún estornudo a destiempo, le abro la puerta al lobo y que se los coma a los tres. Con la mafia han topado, ja! Sé que Laura lo superará.
1 comentarios:
¿Y no podíais haberle regalado cualquier otro animalitos?
No sé, como caballitos, ositos, ranitas o políticos? No, políticos no. ¡pobre Laurita!
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