Al final la razón pudo al corazón.
Y dolió. Vaya sí dolió!
Sumergida de nuevo, en la máxima oscuridad, apenas me quedan fuerzas para alcanzar un pedazo de tierra firme.
Pero una voz interior me susurra: AVANTI, PIU AVANTI.
Y en eso estamos, en avanzar, en evolucionar, en superar.
Tras el mejor verano llega el peor invierno, pero todo es cíclico, no hay de qué preocuparse.
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