Llegó el día en el que aquellas mariposas que habitaban en mi estómago salieron a horcajadas.
No fue de repente, no. Aquel conjunto de ilusiones mal digeridas día tras día, donde lo dulce se hizo amargo, fue el detonante.
O salían o se morían. Y las dejé salir, porque quizás haya otro estómago mejor que el mío. Sólo tal vez.
Durante un tiempo traté de retenerlas, creí que con cuatro nudos en la garganta era suficiente. Cuatro nudos que sólo aflojaba en las largas noches a solas, a solas con mi almohada y mis pensamientos.
Cientos de decepciones más tarde, aquí estoy.
Sin mariposas.
Pero sin nudos también.
Voy camino hacia la indiferencia...por el camino espero encontrarme a la libertad.
1 comentarios:
Libertad...bonita palabra rula.
Un abrazo enorme de grande!!!
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