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martes, 31 de marzo de 2009

A la cama y a ....


¿¿¿Dormir???

Esto es más duro de lo que parece. Llevo dos pinzas en cada ojo aguantando de mis párpados. Las horas sin dormir de los últimos días, pesan como enormes losas de hormigón.

Mis neuronas piden a gritos una buena sesión de sueño. Las voy engañando a base de cafeína, mucha cafeína. Y cuando ya no pueden más, con una buena dosis de arginato.

Laura lleva una semana durmiendo en su cama. Y lo de dormir es un decir, porque hace de todo menos eso. Pensé que iba ser más fácil porque siempre ha dormido de un tirón. Ilusa de mí.

Desde que empezó a tirarse desde lo alto de su cuna, cual Tarzán pero sin liana, me alarmé pensando que, quizás, el número de puntos necesarios tras su caída “en picado” sería directamente proporcional a la altura de su cuna. Así que pensé que era un buen momento para estrenar la cama, más a ras del suelo.

Y desde entonces, las noches han dejado de ser silenciosas y tranquilas. Ahora tienen un matiz “aventurero” y como toda aventura, agota. En su primera noche, Laura descubrió que hay mundo debajo de su cama y noche tras noche, se baja, se cuela hasta el fondo y entonces llama por mamá (por las noches, todas las madres tenemos la habilidad de convertirnos en “madres solteras”, ¿por qué los niños no llaman a papá?, me pregunto). Mamá acude y ni rastro de niña, hasta que la encuentra. Le “explico” que allí no se duerme y que salga inmediatamente. Ella responde: “no guta”. Ahora me toca a mí, colarme y sacarla. Son las 3 de la mañana.

Ayer le tocó a su padre estar de guardia. A las 2 de la mañana, puntual como siempre, la “llamada de la selva”. Su padre, raudo y veloz, acude. Estaba dándose cabezazos con el pie de la cama, no calculó bien la distancia porque según ella “lus no tá”, es decir, estaba a oscuras, no había luz. Luego se pasó hora y media : “tú No, ma-má”. Así que mamá, que lleva dos horas sin pegar ojo, escuchando desde el otro lado del pasillo los gritos de su cachorrillo, acude rápida como un rayo. ¿Eso es instinto o es tontería?

Tres horitas al día son mis horas de sueño. Y ya no soy persona, que queréis que os diga. Espero que esta etapa pase “iito-iito” (rapidito), como dice ella.

Y pensar que me esperan muchos kilómetros que recorrer este fin de semana…

jueves, 26 de marzo de 2009

La última...

Respirad!, Respirad!
A pleno pulmón!
La brisa marina que sube y que baja del fondo del mar….


Porque lo necesito. Porque estoy agobiada. Porque sigo siendo un pececillo de colores en la profundidad del Océano. Necesito desahogarme.

Hace casi trece años, cuando empecé a trabajar en lo mismo que estoy ahora, empecé con mucha ilusión. Después de todos los esfuerzos puestos en una carrera que en un principio no me convencía lo más mínimo y que al final logré terminar decentemente, conseguí un puesto de trabajo en algo relacionado con lo mío. Suerte, mucha.

El primer día, me presenté con mi mejor traje en la empresa, “Grin like a Cheshire cat” (sonrisa tipo Garfield) Se acercó un “compañero” de trabajo y me preguntó: “Y tú, ¿qué pedigree tienes?”. En aquel momento, me vino a la mente que estaba en pleno coto de caza, me lo tomé a guasa y me quedé con las ganas de contestarle aquello de “¿Es que me ves cara de perro?”. En fin, ahora le veo explicación a aquella pregunta tan ridícula.

Y es que la empresa a la que llamo “mi empresa” no es mi empresa, simplemente es la que está en la cumbre de la pirámide. He estado 13 años moviéndome en horizontal, a causa del dichoso pedigree, supongo…

¿O quizás me equivoco? En este último año, la cosa pasó de pirámides egipcias a Matrioskas.

A los pocos años de estar trabajando nos cambiaron de empresa (primer movimiento horizontal), con el paso del tiempo la empresa fue cambiando de nombre (añadiendo siglas y nuevo contrato). En este último año, la empresa fue absorbida por otra más grande. A los pocos meses por otra más grande y yo cada vez más pequeñita.

Y ya la gota que colmó el vaso, ayer: te cambias de empresa (¡otra vez!), es probable que pierdas la antigüedad pero eso no es nada (¿rejuvenezco acaso?), es probable que pierdas tu categoría pero se te compensará con complementos (aquí nadie te garantiza que la suma de las partes es igual al total), vas a seguir haciendo lo mismo no te preocupes y tienes 10 minutos para pensártelo, sí o sí. La hipoteca y las "cargas familiares" han respondido. Un sí.

No hace falta decir cómo me siento, ¿me veis? Soy la “semilla” de las Matrioskas, la última.

martes, 24 de marzo de 2009

Volando cometas

Llevaba mucho tiempo sin leer un libro, no por ganas, si no por falta de tiempo. Pero el otro día estuve de visita en casa de mi amiga Rosario y me puso un libro en las manos y me dijo: “tienes que leerlo”. Y efectivamente, nadie debería dejar de leer este libro.

El culpable de que haya estado dos días leyendo ansiosamente y que me haya emocionado hasta las lágrimas ha sido Khaled Hosseini, autor afgano de “Cometas en el cielo”.

El libro cuenta la historia de amistad-traición entre dos niños afganos que viven en Afganistán durante la invasión rusa y después, durante la presencia de los talibanes, en la que se prohibió cantar, bailar, tocar música, mirar la tele, e incluso volar cometas. Sin olvidarnos de las mujeres, las cuales no podían salir a la calle sin estar cubiertas de pies a cabeza con un burka y acompañadas de un varón. Una cometa es la causa del distanciamiento de los protagonistas y otra cometa es quien vuelve a unir el pasado con el presente.

Y ya una vez empapada de tanta emoción, el domingo me dispuse a volar la cometa que desde hace casi un año descansa en el armario de Adri. En la aldea, hacía un día perfecto para volar cometas. Pero todo hay que decirlo, no fuimos capaces de que se elevara ni un centímetro en las dos horas que estuvimos peleando con ella. Evidentemente el arte de volar cometas no es lo nuestro…

domingo, 22 de marzo de 2009

ZZZZZZZZZZZzzzzzzzzz........

Acabamos de llegar. Maletero a tope: bolsas de ropa sucia, la bolsa de la poca ropa que aun quedó limpia, las patatas de la aldea, los huevitos frescos de las gallinas, últimos grelos de la temporada y cansancio, mucho cansancio. Porque no hacer nada también cansa.

Este fin de semana lo que más hicimos fue dormir, creo que la recarga de pilas, a estas horas, es completa, luz verde.

Y puestos ya, vamos a hablar de los sueños, aunque más que sueños, de nuestras formas de dormir.

Vamos a empezar por el experto, por David. Cinco minutos que tiene, cinco minutos que los dedica a dormir. El sitio es lo de menos: sofá, silla, coche, cama e incluso una vez, en la taza del wc (después de una cena muy “entretenida” con sus compañeros de trabajo). Es cerrar el ojo y ya empieza a roncar y de vez en cuando, a rechinar los dientes. Las mantas, sábanas y pijamas le sobran. Estoy segura de que tiene algún problema con su sistema de refrigeración, porque sea invierno o verano ha de dormir por encima de las mantas. Y luego lo que se mueve, vuelta para aquí y vuelta para allá. Todavía sigo sin acostumbrarme.

Adrián duerme poco, ahora diría que lo justo, 9 horitas. Cuando era bebé dormía la mismas horas y no le gustaba la siesta. Pero siempre tuvo un sueño “concentrado”, según se acuesta así se levanta, no se mueve nada. Es el compañero ideal de pernocta. Le gusta dormir arropado, y quedarse dormido con la luz encendida. A veces habla en sueños y a mi me encanta escucharle.

Laura, al contrario que Adri, duerme mucho. Doce horas por la noche y sus tres horas de siesta. Le gusta dormir boca abajo, de rodillas, con el culete en pompa y por supuesto, con ninguna manta que le moleste (menos mal que han inventado los pijamas-manta). De momento no sabría dormir sin sus quecas y lo más importante, su chupete. Bueno, en realidad sus tres chupetes. Uno para cada mano y otro en la boca. Se mueve muchísimo, siempre aparece al revés de como la hemos dejado. Y ahora lleva 3 días que cuando despierta, salta de la cuna y anda de inspección por la casa. Menudo susto nos llevamos el viernes, todavía andamos buscando la solución porque lo de tapiar la cuna por la parte de arriba no va ser posible...

Y por último yo. A mi me gusta dormir tapada hasta las orejas, sin deshacer apenas la cama. Me gusta meterme por la almohada (tipo sobre), así me aseguro de dormir bien arropada (hasta que viene el otro y arrampla con todo), con pijama largo hasta en verano y con patucos para mis frioleros pies. Me gusta dormir boca abajo. Sólo dejé de dormir así en los embarazos por razones obvias. Me gusta dormir del lado más cercano a la puerta (por si hay que salir corriendo), izquierda o derecha me da igual. Pero lo de la puerta es fundamental.

Y vosotros, ¿cómo os entregáis a Morfeo?

miércoles, 18 de marzo de 2009

Estrellando huevos


Como siempre llegué del super cargada de bolsas. La silla de Laura recordaba a los antiguos feriantes, cargados de fardos.

Fui descargando las cosas sobre la mesa de la cocina, guardando bolsas, lechugas, yogures y un larguísimo etc en su sitio. No recuerdo en qué momento fue, sonó el teléfono. ¡Otra vez!, que si quiero contratar un seguro de vida, que si tiene un montón de ventajas, que si pruébalo gratis durante 3 meses y luego si no te acuerdas de darlo de baja ya te pasaremos el recibo, etc. Que no, que no me interesa nada de lo que me ofrezcan sin yo pedirlo. Odio la publicidad “invasiva”. En fin, cuelgo el teléfono y sigo con lo mío, hasta que consigo tenerlo todo en su sitio.

¿Todo? ¿He dicho “todo”? Faltaba “media docena de huevos” y sospechosamente ¡Laura!

Y allí estaba la “chicho terremoto”, en su habitación, estrellando huevos, tan tranquila y silenciosamente. Empapada de huevo hasta las cejas, la levanté del suelo y cuando la tenía a mi altura le dije aquello de: “te voy a freir en la paellera”. Menos mal que recapacité y sólo la metí de cabeza en la bañera, con todo incluido.

Creo recordar que la yema de huevo es buena para el pelo y para la piel, pero nunca he oído hablar de sus efectos en el parquet…y menos mal, que las paredes, esta vez, se han librado.

Y por cierto, la próxima vez que me llamen ofreciéndome un seguro de vida, quizás me lo piense.

martes, 17 de marzo de 2009

Colección


Ayer tocó hacer inventario en la habitación de Adri, que es como un templo sagrado, allí no se puede tocar a nada. Pero yo que soy muy valiente, metí mano y hasta el fondo.

¿¿Cómo es posible que haya tantos juguetes casi sin estrenar, metidos en una habitación de ese tamaño?? Así que hice una pequeña recolección, con la intención de donar la mayor parte de ellos. Pero el problema fue que Adri me pilló con las manos en la masa y me explicó con cincuenta mil teorías que aquello era suyo y que si jugaba o no era asunto suyo, y que además, ¡sí! hacía uso de todas sus cosas pero que yo no lo sabía. Lo de verlo siempre con la Nintendo debe ser una ilusión óptica (apuntaré en mi agenda lo de ir al oculista). Así que dejé lo de razonara para otro día, porque en ese momento, al pillarme in-fraganti, estaba un poco obcecado (igualito a su padre).

Pero lo que más me llamó la atención fue la cantidad de objetos coleccionables que tiene guardados en diferentes cajones: que si chapas, que si cromos, que si tazos, que si megatazos, que si pokemons, que si gormitis, que si mini coches y sobre todo una cantidad exagerada de muñequitos de los que vienen en los huevos kínder. Sí, de esos que te pasas un rato montándolo y nunca más miras para ellos, y ¿el chocolate? El chocolate que se lo coma “mamá”. Porque mi hijo los pide por lo que viene dentro y el “envoltorio” para mi, debe verme muy escuálida, ¡claro!, si es que tiene un corazón que no le coge en el pecho, vamos!.

Así que ya lo tengo decidido, en verano monto el negocio. Un tenderete callejero para recuperar parte del dinero invertido en todas esas colecciones inacabadas.

domingo, 15 de marzo de 2009

Sábado Scout

Hoy se celebró el XXIX Festival de la canción Scout. Para Adri su primer festival y su primera noche en manada, con el resto de lobatos.

Antes de irse le saqué la foto con su uniforme impoluto y su sonrisa de oreja a oreja. Los nervios a flor de piel.

Después de semanas de preparación, por fin llegó el día. Para los padres semanas de preparación de pancartas, de animación, y horas de aguja (cosiendo las “camisetas solidarias” y la super-pancarta tapiz que representaba la esencia de la canción elegida para este año).

Tres horas encerrados, gritando, vitoreando, armando follón, sirvieron para que nuestro grupo SCOUT, San Jorge 33, se llevara, no un premio, sino TRES. Nos llevamos el premio a la Mejor Animación (fuimos los padres más ruidosos y pesados del evento), el premio a la Mejor Puesta en Escena y por supuesto, el SEGUNDO premio a la mejor canción.

El primer premio se lo llevó el Hércules 283. Canción buenísima y merecidísimo premio. Un auténtico homenaje a la mujer y como mujer que soy, consiguieron emocionarme.

Cuando le di la enhorabuena a mi lobatillo: “¡¡¡Guau tres premios Adri..!!!”. El pobre, un poco tristón, va y me suelta: “sí mami, pero no fuimos los primeros”.

Os dejo las letras de nuestro grupo y del ganador. No es lo mismo que estar allí y vivirlo, ni tan siquiera parecido…

¡¡Buena caza!!
San Jorge 33
“Soñando un mundo mejor”

Salgo a la calle y vuelve la pesadilla:
Un Animal le pega a una mujer,
Xenofobia, miedo e hipocresía,
Y la tierra no tiene qué beber…

Gente que muere de hambre,
animales en peligro de extinción
“hombres” que matan a hombres…
Tiene que haber una solución.

Juntemos, Scouts, nuestras manos
en una cadena de justicia y color
y así hacer de los Derechos Humanos
una realidad por un mundo mejor.

Crearemos un mundo sin fronteras
en el que no exista el racismo,
un lugar donde no haya pobreza
y todos sientan el Escultismo

Sé que todavía queda mucho
Para que convivamos en paz,
Por eso nunca podré rendirme
Hasta que esto sea real.

Con la Flor de Lis que me guía
Siempre tendremos a donde ir,
Sembrando una senda de vida,
Siempre Listos para Servir.



Hércules 283
“Valientes, pioneras”

A la primera mujer que dijo no
Y a aquella que se decidió a votar
A la que siendo negra un Oscar recogió
A la que igual que un hombre quiso cobrar

Valientes, pioneras
Mujeres de bandera
Heroicas, atrevidas
Cambiasteis nuestras vidas


A la primera mujer que se alistó
A la primera que una película grabó
A todas las que luchan por mejorar
El futuro de la humanidad.

A la primera mujer que se divorció
A la pimera que un bikini lució
A todas las que cada mañana
Se ponen la capa de superwoman

Osadas, animosas

Con acciones valerosas

amigas, consejeras
Gracias por ser las primeras.



jueves, 12 de marzo de 2009

Escalofríos


Fui a la librería de siempre a comprarle una goma a Adri (que harán con las gomas, deben ir 15 en lo que va de curso) y mirad que han visto mis ojos: Escalofríos. ¿Los habéis probado alguna vez, no?

Y yo, no he podido resistirme… Llevo años y años sin probar uno y me dije, hoy va ser un gran día, por los viejos tiempos. Y me compré 4 sobrecitos (de todos los sabores) y 2 bolsitas de maíz frito (kikos de toda la vida).

Los que me conocen ya estarán a punto de soltarme lo de “mira que eres rarita”. Pues sí, rarita que es una, porque yo los kikos me los tomaba con pequeños trocitos de Escalofríos, meticulosamente divididos.

Pero esta vez decidí que no iba a disfrutar sola del pequeño “banquete”, así que llegué a casa y le dije a Adri: “Ven para acá que hoy vas a probar las chuches que más gustaban a la menda”.

Me puso cara de pocos amigos y cuando los probó soltó aquello de “esto es una porquería”. Este niño, siempre lo digo, me salió con alguna tara, siempre tan sanote, si es que le tiene alergia a las chuches. Rechazar esta combinación tan perfecta tiene delito. Salado y ácido. En fin...

Así que me comí yo solita las dos bolsas de kikos y las ocho pastillitas…. Y claro, lo peor vino después, glupsssssss. ¡Qué acidez de estómago! Si es que los Escalofríos ya no son lo que eran, ¿o es mi estómago el que no es el mismo?, ¡qué lío!

martes, 10 de marzo de 2009

Buscando, encontré.

Ayer he revuelto media casa en busca de los vaqueros de Adri cuando tenía la misma edad que tiene Laura ahora y me he encontrado con un pequeño diario de cuando tenía 15 años.

Me he pasado un rato divertido leyendo este pequeño pre-blog (por llamarlo de alguna manera). Y yo que presumía de no haber tenido “edad del pavo”…

En cuanto llegó Adri por la puerta, el pequeño diario voló por encima del armario y volvió a caer dentro de la caja con las demás cosas. Tengo que conservar mi talante de persona seria y responsable, así que algún día tendré que hacerlo desaparecer definitivamente, o no, ya que más da…

Y dentro de la caja, misteriosamente, también aparecieron unas fotos de cuando yo era pequeña y vivía con mis abuelos y mis tíos en la aldea. Puedo presumir de haber tenido la mejor infancia del mundo, a pesar de no estar con mis padres y de no disponer de casi nada… Creo que Laura y Adrián, a pesar de tener lo inimaginable y más nunca serán tan felices como yo. ¡Qué penita!

Esta es, sin duda, mi foto favorita, en brazos de mi abuelo. Se pasaba horas y horas leyendo el Quijote. Libro antiquísimo que aún conservo y que jamás pude leer entero.

jueves, 5 de marzo de 2009

Pequeño pero bonito bonito

Os presento al nuevo miembro de la familia, el pequeñín Asus, del tamaño de un libro. Pantalla de casi 9'.

Ya sé que puse la excusa de que era para Adri, pero en realidad era para mí….Quién en esta casa es la que se preocupa de estas cosas?? Yo, pues entonces para mí. No me considero friki en absoluto, me queda un poco grande esa palabra, pero no pude resistir la tentación. Tampoco fue tanto, 174 + iva, no?

Es tan pequeño que puedo llevarlo en el bolso, junto con el resto de miles de cosas que llevo siempre. Puedo navegar por internet desde cualquier sitio (lo bajé a la plazoleta y les estuve enseñando los blogs a las marujis), enviar y recibir correos (odio hablar por teléfono, pero comunicarme tecleando me encanta), trabajar con las fotos, jugar, videoconferencia, preparar presentaciones, escuchar música y hasta aprender chino (nî châo mâo)…

Es rapidito rapidito…como un rayo. Ligerito, peso pluma. La batería dura y dura, como las pilas Duracell.

Lo peor es el teclado, no sé, creo que tendré que encontrar algún jíbaro reductor de manos. El tamaño ideal de mano (por si lee esto un jíbaro de esos y me quiere ayudar) sería la mano de Adri, pero ¡¡no, Adri!!, es míoooooooo, mi tesoroooooo..

¿A qué es wapo mi chiquitín? Si es que lo “Small is beautiful”, o no?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Miñocas con abrigo de visón

Lo dejó todo por venirse conmigo y el primer problema al que se tuvo que enfrentar fue al idioma. No, mi marido no es extranjero, simplemente extremeño. De España, como tú, como yo, como ellos.

Vino con la ilusión de encontrar un trabajo decente y empezar una nueva vida conmigo.

Su primer trabajo sólo le duró un día, al encargado le suponía un esfuerzo extra hablarle en castellano, no estaba acostumbrado y él no entendía nada de gallego. Por lo tanto, después de 6 meses buscando trabajo, la ilusión le duró un día.

Casualidades de la vida, a mi padre le había pasado lo mismo hacía casi 30 años. Su primer trabajo le duró también un día, sólo que él a diferencia de David, estaba en Londres. El encargado le trajo un plato de fruta, le explicó que debía prepararla para un cliente (en inglés) y mi padre que llevaba todo el día sin probar bocado, dejó que su estómago tradujese aquellas palabras y se zampó la fruta. Y contrato finalizado.

Pues bien, después de aquel despido tan injusto, David se tomó lo del gallego como un reto personal y le obsesionó tanto, que a veces lo pillaba delante de un espejo practicando: “arrixia, arrixia. Debe ser arrixia, si abajo es abaixo, arriba es arrixia”. Hoy en día, habla una especie de galastrapo, como le llamo yo.

Pero para anécdota, su historia de las “miñocas”. Un día llegó a casa todo apurado y con los ojos como platos y suelta: “Virtu, las miñocas qué son? ¿visones, no?” Pensé que me daba algo… y cuando realmente le expliqué lo que eran las miñocas, risa generalizada…. Su compañero de trabajo le dijo que tenía un amigo que disponía de una granja de miñocas, y que los animalitos en cuestión precisaban poca atención y daban mucho dinero, que era una buena inversión…. Igualito que los visones, no?

A partir de entonces siempre me imagino a las miñocas con abrigos de visón, ¡¡qué poco ecologistas estas miñocas!!